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sábado, 22 de marzo de 2014

Rubén Darío - Nocturno






Silencio de la noche, doloroso silencio 
nocturno... ¿Por qué el alma tiembla de tal manera? 
Oigo el zumbido de mi sangre, 
dentro de mi cráneo pasa una suave tormenta. 
¡Insomnio! No poder dormir, y, sin embargo, 
soñar. Ser la auto-pieza 
de disección espiritual, ¡el auto-Hamlet! 
Diluir mi tristeza 
en un vino de noche 
en el maravilloso cristal de las tinieblas... 
Y me digo: ¿a qué hora vendrá el alba? 
Se ha cerrado una puerta... 
Ha pasado un transeúnte... 
Ha dado el reloj trece horas... ¡Si será Ella!...


Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges