Su hija le habrá decido
porque yo vengo Patrona.
Tengo el corazón herido
por culpa de su paloma.
Y como yo sé, mi doña,
que ella me quiere tanto,
vengo a pedirle permiso,
pa' llevármela a mi rancho.
Yo soy un gaucho muy pobre,
pero de güen corazón,
tengo las manos cayosas,
trabajo de sol a sol.
Yo no tengo para ella
más fortuna que mi amor.
Pero si quiere una estrella
voy a pedírsela a Dios.
No se entristezca mi doña,
no me haga lagrimear.
Yo sé que usted queda sola
si su china se le va.
Usted vendrá con nosotros
al rancho que levante
y mientras yo tenga fuerzas
habrá pan para los tres.
Así, ¡ja!... ¡ja!... sonríase vieja,
no quiero verla llorar,
que pa' su china y pa' usted,
haré la felicidad.
Y siempre juntos los tres,
Patrona... Yo ya colijo
voy a llamarle mamá,
con la ternura de un hijo.