Sin título – Clara Arias
¿Quién cosía las capuchas para los detenidos de la ESMA?
alguna vez una mujer habrá agarrado un dedal,
un hilo, una aguja.
O habrá enhebrado paso a paso
con la punta de un carretel
los ojales de una máquina de coser.
No sé porqué digo mujer
tal vez porque recuerdo a mi abuela
las tardes de costura,
no había hombres en esas tardes
en ese universo
de cajas de botones
y retazos de telas.
Una tarde,
alguien con un rollo de tela negra
habrá tocado el timbre
de la casa de Dorita
la que hacía los trajes
para bailar el minué
en los actos de la escuela
o aquel disfraz de hada madrina,
le habrá pedido treinta mil bolsas
treinta mil bolsas negras.
Alguna vez una mujer
o un improbable hombre
se sentó a coser con paciencia y esmero
como quien cose una batita para un niño por nacer
las capuchas que usaban
los detenidos de la ESMA.